Conmemoración del Día Internacional de la Mujer.
Entrada con invitación hasta completar aforo
Justina fue mujer de raro ingenio, feliz memoria, amorosa y risueña, de buen cuerpo, talle y brío; ojos zarcos, pelinegra, nariz aguileña y color moreno. De conversación suave, única en dar apodos, fue dada a leer libros de romance, con ocasión de unos que acaso hubo su padre de un huésped humanista que, pasando por su mesón, dejó en él libros, humanidad y pellejo. Desde la madurez la pícara Justina recuerda su vida. Cuenta primero quiénes eran sus antepasados para que todos nos muramos de la risa; y al tener que salir de su pueblo sin raíces ni familia decide ir de romería en romería para buscarse la vida. En ese peregrinar se encuentra con otros pícaros y personajes con los que Justina vive unas divertidas peripecias: estudiantes burlados, pícaros jugadores, mesoneras gordas, viejas brujas… Finalmente Justina recuerda a sus pretendientes y sus amantes, mientras escribe toda su vida, que ha pasado ante el espectador.
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