El Consejo de Gobierno de la Junta de Castilla y Leon ha aprobado una subvención de 34.720 euros a 36 municipios de las provincias de Ávila, Burgos, León, Salamanca y Zamora para realizar acciones de mejora en la recogida y gestión de aceite usado vegetal de origen doméstico.
Los municipios beneficiados son Arévalo, Candelada y Las Navas del Marques, en Ávila; Briviesca, en Burgos; León, Fabero, Valverde de la Virgen, Villaquilambre, Mancomunidad del Sur de León, formada por 25 municipios, en la provincia leonesa; Santa Marta de Tormes, en Salamanca; y Benavente y Toro, en Zamora.
Esta subvención permitirá la implantación del sistema de recogida selectiva de aceite usado vegetal de origen domiciliario mediante contenedores específicos, el mantenimiento del sistema de recogida y la contratación de un gestor autorizado para la recogida y valorización del aceite usado vegetal asegurando su conversión en biodiesel.
La recogida selectiva de este residuo se puso en marcha en 2009 gracias a la iniciativa de la Consejería de Medio Ambiente y del Ente Regional de la Energía de la Consejería de Economía y Empleo en colaboración con los ayuntamientos de Aranda de Duero y Miranda de Ebro (Burgos), Laguna de Duero y Medina del Campo (Valladolid), Ponferrada y San Andrés del Rabanedo (León), Palencia, Salamanca, Segovia, Soria y Valladolid.
Estas actuaciones se enmarcan en el cumplimiento del Plan de Residuos Urbanos y Envases que establece un modelo de gestión basado en la recogida selectiva de residuos en origen, así como contenedores de calle específicos para la recogida de papel, vidrio o envases, recogida de medicamentos en farmacia y segregación de residuos domiciliarios especiales para su recogida en puntos limpios.
La Estrategia Regional de Residuos también establece el desarrollo de acciones para lograr la reducción en la generación de residuos y su adecuada gestión, primando la reutilización, el reciclado y otras formas de valorización para evitar su eliminación mediante vertido.
El modelo de recogida de aceite usado de origen domiciliario está basado en un sistema de contenedores en los que el usuario deposita el aceite que previamente ha embotellado, reutilizando las botellas de plástico vacías. El sistema asegura la gestión de todos los componentes, tanto el aceite usado, como las botellas de plástico que lo contienen, y se garantiza el ratio mínimo de un contenedor por cada 2.500 habitantes.
Cada ciudadano genera al año entre 3 o 4 kilos de este tipo de residuo. En lo que va de año, mediante la nueva campaña puesta en marcha por la Consejería de Medio Ambiente en colaboración con el EREN y los ayuntamientos, se han recogido más de 200.000 kilos de este residuo.
El aceite vegetal usado es un residuo catalogado con el Código Europeo de Residuo (CER) 200125 y verter dicho residuo al fregadero o al inodoro es una práctica antiecológica. Un litro de aceite usado puede contaminar hasta 1.000 litros de agua. Los aceites llegan a los ríos y forman una película superficial que impide el normal intercambio de oxígeno, alterando el ecosistema.
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