Diversos
fueron los pueblos que se asentaron en su solar a lo largo de la historia.
Durante la época de la romanización es conocido con el nombre de Brigeco o Brigecio, identificada
como una de las mansiones situadas en el itinerario Antonino y que unía
la vía romana entre las ciudades de Mérida y Astorga.
Fuero o Carta Puebla de Benavente. 1167 A mediados del siglo XII, la localidad es conocida con el nombre de Malgrat
y aparece vinculada al proceso de repoblación del territorio emprendido
por los monarcas leoneses. Esta repoblación es impulsada por el rey
Fernando II en el año 1164 mediante la concesión de un fuero o carta
puebla, que sería renovado y ampliado en 1167. Este monarca inicia un
periodo de expansión que se desarrollará durante los siglos XII y
XIII. Benefactor de la villa cambia su nombre por el de Benavente, donde
reúne la Curia
regia en 1176 y muere en 1188. Posteriormente Alfonso IX reúne Cortes en
ella en 1202 y Sancho IV fomenta su engrandecimiento mediante la
concesión de nuevos privilegios, atrayendo con franquicias a nuevos
pobladores.
En 1230 Benavente es escenario de un acontecimiento
histórico de gran trascendencia para la historia de España, ya
que aquí comienza a fraguarse el proceso de unión bajo una misma
corona de los reinos peninsulares. En la conocida como Concordia de Benavente,
y tras los acuerdos preliminares de Coyanza, se hace
efectiva la unión definitiva de los reinos de León y Castilla en
la persona del monarca Fernando III. Con posterioridad Benavente es entregada a
titulo de condado en 1398 al caballero portugués Juan Alfonso Pimentel,
quien sería tronco de una dinastía nobiliaria que se
mantendría a lo largo de su historia y hasta fines del siglo XIX.
Durante este amplio periodo Benavente la historia de la población
permanece vinculada a la de sus condes, quienes se consolidan como una de las
principales dinastías y casas nobiliarias de España. Benavente se
convierte en centro político y económico de un amplio condado,
siendo numerosos y relevantes los personajes que visitan la villa y su
alcázar.
Durante la Guerra de la Independencia Benavente
y su alcázar se vieron sacudidos por los acontecimientos bélicos,
lo cual dejaría huella en la fisonomía de la ciudad, pues muchos
edificios principales se vieron afectados.
Así en el invierno de 1808 y tras el avance
de los ejércitos napoleónicos en la llamada Carrera de Benavente,
tiene lugar un hecho histórico de relevancia, sobre todo para su
patrimonio histórico, pues en sus inmediaciones se desarrolla una
importante batalla entre las tropas inglesas y francesas, cayendo prisionero el
General Lefebvre. El propio Napoleón se
instala en Benavente durante varios días, siendo incendiados y saqueados
numerosos edificios, entre ellos su castillo.
En el siglo XIX Benavente adquiere cierta
importancia a nivel político, convirtiéndose en centro
administrativo, judicial y electoral de un amplio territorio. En el terreno
económico se inicia, desde las últimas décadas de dicho
siglo, un proceso de modernización que se traduce en la construcción
de diversas obras públicas (canal del Esla, Ferrocarril
Plasencia-Astorga, red de carreteras, etc.), así como en la
instalación de industrias, principalmente harineras. Un floreciente
comercio se desarrolla en torno a sus ferias y mercados tradicionales y en 1929
es concedido a Benavente el título de ciudad por el rey Alfonso XIII.
En la
actualidad Benavente es una de las ciudades con más futuro de la
comunidad de Castilla y León, gracias a su dinamismo económico y
privilegiada situación. Desde hace varias décadas Benavente viene
experimentando una profunda transformación, convirtiéndose en un
centro logístico de primer orden en materia de transporte terrestre.
Entre sus hijos ilustres cabe citar a Fray Toribio
de Benavente o Motolinía (etnógrafo y
evangelizador en Méjico y Centroamérica), Pío Pita Pizarro
(ministro de Hacienda y Fomento), Francisco de Castro Pascual
(microbiólogo y académico de medicina), Francisco Regueras
López (obispo de Plasencia y Salamanca), Pedro Núñez Granés (ingeniero municipal de Madrid), Federico
Silva Muñoz (ministro de Obras Públicas), etc.