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La fiesta fue evolucionando y adoptando nuevas costumbres, como la de distribuir entre los necesitados el denominado “Pan de la Veguilla”, que actualmente se entrega al que lo solicita. Otro de los actos que arropan hoy día esta fiesta es la llamada “Petición del Toro Enmaromado”, que tiene su origen a finales del siglo XIX, cuando a raíz de las dificultades para costear la compra del toro, se produce protesta y reclamación de los mozos benaventanos que comienzan a irrumpir en la sala de plenos del Ayuntamiento solicitando la celebración del festejo. Esta tradición continúa realizándose hasta 1909, año en que se suprime por un Decreto del Gobierno que prohíbe a todos los festejos con toros por la vía pública. Nuevamente y con renovada fuerza desde 1939 se reanuda esta tradición de pedir el Toro Enmaromado.
Otro de los principales actos de estas fiestas es la Procesión de la Veguilla, durante la cual la Patrona recorre algunas de las calles céntricas de la ciudad portada por las representaciones de las peñas benaventanas.
El momento cumbre llega con la tradicional Petición del Toro Enmaromado donde los benaventanos increpan al alcalde al grito de "Toro, Toro" hasta que este les concede su petición.